Los Colonos de Catan, el juego diseñado por Klaus Teuber y publicado por la editorial Kosmos en 1995, cumplirá el año que viene veinte primaveras. A lo largo de todo este tiempo he ha visto implementado con nuevas expansiones y ambientaciones mientras sigue manteniendo toda su frescura, originalidad y pequeñas judiadas.
¿Quién no ha jugado a “Los Colonos de Catan”? La misteriosa isla que cambia partida a partida gracias a su tablero modular y su peculiar obtención de recursos. Sin olvidarnos de los terribles ladrones que destruirán cualquier previsión de recursos que tengamos, gracias al buen hacer del resto de jugadores. En Ludonoticias la mayoría peinamos canas (bueno, algunos no peinamos nada de nada) y mi experiencia con “Los Colonos de Catan” se remonta al año 2001 (fecha en la que Devir publicó el juego en castellano) en aquella época uno era un jugador inocente, cándido en sus planteamientos y sin ninguna pretensión de provocar el MAL.
Si amigos, “Los colonos de Catan” es un título en el que podemos jugar siguiendo los principios del juego, buscar construir nuestras ciudades, expandirnos, comerciar de buen rollo… pero también es un juego en el que podemos sacar lo peor que lúdicamente llevamos dentro y dedicarnos a “molestar” a nuestros rivales, cortando sus rutas, haciendo un uso imaginativo del ladrón, amasando recursos para crear un monopolio… ¡Las posibilidades son infinitas! Gracias a este juego, y a la “imaginación” de los chicos del VEJ, descubrí una forma de jugar que me gustaba más que la tradicional, porque jugar a los juegos de mesa está bien, pero jugar a los juegos de mesa metiéndole el dedo en el ojo a tu rival ¡Es divertidísimo!
Todo esto lo descubrí gracias a esa pequeña isla que son “los colonos de Catan” (Un juego que ganó en su primer año de publicación el Spiel des Jahres y el Deutscher Spiel Preis) este mes de octubre, Devir Iberia saca una nueva expansión “catan – El antiguo Egipto” y seguro que para el año que viene nos sorprenderán con muchas actividades relacionadas con el cumpleaños del juego. Después de todo ¡No siempre se celebran veinte años de éxitos!
